Este
ejercicio, que consiste en grabar sobre un metacrilato, es diferente a lo que
hemos visto hasta ahora que era todo grabado en relieve. Cabe decir que el
metacrilato había que prepararlo biselándole los bordes en un ángulo de 40º, lo
cual se podía hacer con cúter o lima, y posteriormente había que lijarlo muy
bien. Elegí hacer una simpática familia de delfines, un animal que me encanta
desde que era una niña.
Para
la realización de este grabado no había que calcar nada, ya que al ser
transparente el metacrilato podíamos poner la imagen debajo de este. El proceso
consiste en rayar la matriz con un punzón o punta seca, haciendo líneas más
profundas o menos, y más juntas o más separadas según la oscuridad que queramos
conseguir. También se podían conseguir otras texturas dándole con lijas de diferentes
grosores. Yo lo hice todo con tramas en los delfines, y solo contornos para las
algas.
En
mi opinión este ejercicio es el más fácil de grabar y el más tedioso de
entintar, ya que hay que hacerlo manualmente.
Había que hacer tres estampas,
todas en papel Hahnemühle, una totalmente limpia, otra con velo, y otra a
color (con velo o sin él).
El proceso de entintado es complejo:
primero hay que hacerse unas muñequillas de tarlatana, una por cada color a
aplicar, que sirven para aplicar la tinta; y una muñeca grande para limpiar.
Luego preparamos la tinta con un poco de
aceite de linaza, y la extendemos sobre el metacrilato con un trozo de cartón o
bien mojando la muñequilla en la tinta y aplicándola presionando sobre nuestra
matriz, para que entre bien la tinta en las líneas.
Con la muñequilla grande hacemos
movimientos semicirculares para retirar la tinta que sobra, y luego seguimos
limpiando frotando con papel de sea suavemente sobre la superficie, y así
seguir quitando tinta. Para hacer la primera estampación hay que limpiar hasta
que retiremos totalmente la tinta de las zonas blancas y aplicarle después blanco
de España, para que quede completamente limpio. Si queremos que tenga velo,
como podemos ver en la segunda imagen y en la de los colores, no limpiamos la
tinta completamente, dejamos el velo donde los interese y limpiamos solo la
parte que queramos dejar blanca.
Para terminar, hay que limpiar muy bien
los biseles con un trapo hasta que no quede nada de tinta, para que no
aparezcan en el papel al estampar. Hecho esto podemos realizar la estampa.
Este grabado es el que tiene una apariencia más dibujística,
ya que su resultado es como una trama. A mi parecer, los resultados obtenidos
son preciosos, me ha gustado mucho la técnica y me gustaría poder repetirla. También
tengo que decir que me gustan muchísimo más las estampaciones con velo, ya que
da mucho más juego, se puede crear tonalidades y el resultado es fantástico.
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